Encontrarte, no es amarte,
no es tenerte el dejarte ir.
Ni tan solo dibujarte en una lágrima
habla de esta luna,
de este loco amor por ti.
Buscarte no es decirte,
no es comprenderte el verme sufrir.
Ni tan solo ocultarme en las notas
marca en nuestros pasos acompasados,
el acorde maestro para seguir aquí.
Elegirte no es vencer,
no es luchar quedarme suficiente.
Ni siquiera esperarte en la estación
hará que suene melódica,
la llegada de nuestro tren.
No debo verte en la lluvia,
cuando el vidrio se convierte en prisma
y el amor,
en oropel…
Entonces,
ni brillo,
ni brilla,
ni brillé.